
El sábado 4 de noviembre, Emilio Navarro Otal, párroco de Uncastillo, recibió un merecido homenaje en la villa. A sus 93 años, y tras casi 60 años de servicio, los vecinos de Uncastillo, Biel, Fuencalderas y Layana le mostraron su cariño
Mosén Emilio fue arropado por el pueblo y su familia en los actos de homenaje, que comenzarán a las 8.30 con un “canto de las auroras” en el patio de la residencia de ancianos donde él reside desde hace cuatro años. Un nutrido grupo de uncastilleros y uncastilleras acompañaron el acto.
A las 11.30, la banda municipal se dirigió a la puerta de la residencia y, junto con su familia y el pueblo, se dirigieron por la travesía de Luesia a la Iglesia de San María. Digna de ver la comitiva: mosén Emilio y familia, el pueblo acompañándolo detrás y la banda de música dando más colorido al cortejo.

A las 12.00, se celebró una misa de agradecimiento por todos los años compartidos, que contó con la asistencia del obispo de Jaca y sacerdotes de la diócesis. La Coral de Uncastillo, junto los buenos cantores asistentes, crearon un ambiente solemne en la ceremonia. El obispo comentó al final de la ceremonia: “las piedras en esta iglesia no solo hablan sino que cantan”.
Terminada la misa, Mariano Villafranca, en representación de todos expreso unas palabras de reconocimiento y agradecimiento a mosén Emilio. Le fue entregada una placa. Al final, la Coral de Uncastillo cantó a la Virgen. Tras la ceremonia, hubo un vino español para todos en el claustro.

Como colofón, a las 17.00, hubo una chocolatada en la residencia Virgen de San Cristóbal y una actuación de la rondalla de Uncastillo.